
Cuando surgen sospechas de una posible traición, muchas personas buscan respuestas concretas. Una de las vías más directas y científicas es recurrir a las pruebas de ADN por infidelidad. Estas pruebas pueden analizar restos biológicos como saliva, semen, cabello o células de la piel para comprobar si pertenecen a una persona en particular. Pero, ¿qué tan fiables son? ¿Cuánto cuestan? ¿Qué limitaciones tienen? En este artículo responderemos todas esas preguntas con un enfoque claro, actualizado y práctico.
Se trata de análisis genéticos que comparan material biológico encontrado en un objeto o prenda con el ADN de una persona. El objetivo es verificar si ese rastro pertenece o no a la pareja investigada. A diferencia de un test de paternidad, en este caso no se busca determinar la filiación, sino confirmar si existió contacto íntimo o presencia de otra persona.
Existen varias formas de realizar una prueba de ADN para infidelidad, siendo las más solicitadas:
Aunque ambos estudios analizan ADN, la finalidad es distinta. El test de paternidad busca confirmar parentescos, mientras que la prueba de infidelidad se orienta a comprobar si un rastro biológico pertenece o no a una persona determinada. En algunos laboratorios incluso se ofrece la posibilidad de hacer una prueba de exclusión sin necesidad de comparar con el ADN de la pareja.
El proceso es más sencillo de lo que parece, aunque siempre debe realizarse en laboratorios especializados y con cadena de custodia si se busca valor legal. El procedimiento básico incluye:
Se pueden enviar prendas con manchas, hisopos de saliva, cabellos con raíz o incluso restos en objetos cotidianos. El laboratorio extrae el ADN, lo procesa y lo compara con el perfil genético de la persona de interés.
Los resultados suelen estar listos en 5 a 10 días laborales. La fiabilidad, cuando la muestra es adecuada y se analiza en un laboratorio acreditado, supera el 99%. Sin embargo, no siempre garantiza pruebas directas de infidelidad, ya que solo confirma la presencia de un ADN distinto al esperado.
Una de las preguntas más frecuentes es si un test de ADN por infidelidad puede dar falsos positivos o negativos. La respuesta es que, en condiciones normales, los errores son mínimos, pero sí existen factores que pueden afectar el resultado.
Cuando se realizan en laboratorios serios, la precisión es prácticamente absoluta. Es recomendable siempre solicitar informes detallados y verificar que la empresa cuente con acreditaciones internacionales.
El precio depende del tipo de muestra, la urgencia y si se requiere validez legal. En general, el rango oscila entre 200 y 600 euros.
Una prueba privada es más rápida y discreta, pero no siempre tiene validez en un juicio. Las pruebas judiciales exigen cadena de custodia y presencia de peritos, lo que aumenta su coste.
Urgencia, número de muestras, complejidad del análisis y si se requiere informe pericial para procesos legales.
Confirmar si un ADN pertenece o no a tu pareja, verificar la presencia de una tercera persona en prendas u objetos, y obtener datos objetivos respaldados por ciencia.
No puede probar de manera definitiva una relación sexual, ni explicar el contexto en el que se encontró la muestra. Solo se limita a confirmar identidad genética.
Para que tengan validez en un tribunal, las pruebas deben realizarse siguiendo una estricta cadena de custodia. De lo contrario, solo sirven como orientación personal.
Los laboratorios están obligados a cumplir la normativa de protección de datos. El informe genético es confidencial y no puede ser utilizado sin autorización expresa.
Técnicamente sí, enviando muestras a un laboratorio privado. Sin embargo, en el ámbito legal podría ser impugnado al vulnerar derechos de intimidad.
Un resultado que confirma la presencia de un ADN ajeno puede ser una señal de alerta, pero siempre conviene acompañarlo de diálogo y, en su caso, asesoramiento legal.
Existen laboratorios privados especializados en genética forense, así como clínicas de reproducción y gabinetes de detectives que colaboran con laboratorios acreditados.
Las pruebas de ADN por infidelidad son una herramienta poderosa, objetiva y científica para quienes buscan pruebas sólidas ante sospechas. Sin embargo, tienen limitaciones: confirman identidades genéticas, pero no contextos emocionales. Su valor depende de lo que se pretenda: despejar dudas personales, reforzar decisiones en pareja o aportar evidencias en un proceso legal. Antes de dar el paso, conviene valorar sus ventajas, costes y repercusiones emocionales.
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